Bagneschi Aluminio

Crecer junto con el proveedor

La creciente industria de la carpintería de aluminio conoce a esta Pyme y a su fundador. Roberto Bagneschi inició la distribuidora de perfiles desde la nada misma, con la sola voluntad de encontrar un lugar en el mercado para lo que le gustaba y conocía.

Hoy comercializa un tercio de la capacidad productiva de su proveedor, incorporó a la segunda generación y apuesta a expandirse y a agregar procesos.

“Yo trabajaba como empleado en una comercializadora de aluminio, cobre y bronce, es decir, metales no ferrosos. Esa empresa toma la distribución de una firma que fabricaba perfiles de aluminio y así me acerqué al rubro”, recuerda en el diálogo con La Voz.

–Nunca se sabe cuándo aparece la pasión por algo. ¿Vio?

–Imagínese, proveímos a la primera obra grande hecha en Córdoba con aluminio, a mi entender, que fue la Universidad en el parque Sarmiento. Después dejé ese empleo y me puse por mi cuenta un local muy chiquito en bulevar Los Granaderos para la venta de estos metales, que ya eran mi especialidad, por decirlo de algún modo. Trabajaba con mi esposa, Ana María, y fue un inicio realmente muy sacrificado.

–¿De poner el lomo todo el día?

–Absolutamente, trabajábamos perfiles de contravidrio que llevan las aberturas hechas de chapa. En los ’90 conocí a Fexa, que se estaba reconvirtiendo a la producción de perfiles de aluminio, dado que venía de otro rubro. Justamente, en esa nueva dinámica de esta industria que es rosarina, ellos estaban buscando un representante en Córdoba.

–Estaba pasando el tren… Había que subirse.

–Comencé a venderle los productos, me fui a Rosario a conocer la planta y a su dueño. Y ahí surgió una amistad que superó lo comercial. En 1999 ellos realizaron una nueva expansión, incorporaron colada semicontinua y una nueva prensa, salieron a crecer en el mercado y me dieron la representación en exclusividad para Córdoba y región.

–Y a rodar.

–Crecimos, crecimos y crecimos. Pasamos a un local en barrio 1º de Mayo, seguimos avanzando y volvió a quedarnos chico. Con mucho esfuerzo compramos un terreno en la avenida Japón y demoramos cinco años para hacer esta planta de 1.800 metros cuadrados con oficinas, que inauguramos hace tres.

–Así que el arranque como independiente fue duro.

–Ufff, no teníamos empleados, así que mi mujer atendía el negocio y yo salía a cobrar y a distribuir. Durante mucho tiempo ella y yo cargábamos los pedidos en las camionetas de los clientes a puro músculo. Hacíamos todo. A veces estaba fuera del local y cuando alguien pedía mercadería, tenía que volverme a cargar los perfiles (ríe). Es increíble lo que hacíamos.

–Hay varias extrusoras de perfiles de aluminio en el país, ¿no?

–Sí, de tres o cuatro, cuando comenzamos, hoy deben ser 23. Fexa debe elaborar unas 270 toneladas por mes. Nosotros, de stock, tenemos 100 toneladas.

–O sea que ustedes crecieron acompañados por el proveedor.

–Ya tenemos una relación de amistad entre las familias que supera lo comercial, hay una relación con Roberto Le Bas.

–Más allá de los cheques.

–Exactamente, hay un vínculo personal. Mientras yo esté aquí, seguiremos distribuyéndolos. Al proveedor se lo gana con el tiempo, con la confianza, con la seguridad de que uno lleva encima una conducta comercial. Lo mismo ocurre con el cliente.

–Las dos puntas del proceso.

–Mire, cómo será esa relación que en 2005 compramos este terreno y quedamos ajustados porque todo lo hacemos con recursos genuinos. Fui a Rosario a hablar con el ingeniero Le Bas para decirle que estaríamos más apretados, me escuchó y todo lo que me dijo fue: “Esta empresa es tuya” (se emociona y se le empañan los ojos).

–Bueno… . ¿Y?

–Esa mano grande no la puedo olvidar. Por suerte le pagamos siempre (ríe). Salimos de eso y construimos esto en cinco años.

–¿Qué tan grande es el mercado de fabricantes de aberturas en Córdoba?

–Es importantísimo, en la ciudad y en la provincia. En todos los pueblos hay un carpintero, dos o tres. La perfilería de aluminio avanza hacia hacerse masiva, como ya ocurre con los planes Procrear. El mercado del aluminio aún es muy pobre en volumen, está en desarrollo.

–¿Cómo?

–Claro, en Estados Unidos el aluminio está en 50 kilos por persona de consumo y acá en 10. Fíjese lo que hay para hacer.

En la ventana. Con su hija Adriana, quien regresó de España para integrarse a la Pyme junto con su hermano Ariel.

En la ventana. Con su hija Adriana, quien regresó de España para integrarse a la Pyme junto con su hermano Ariel.
–¿Y las aberturas de PVC que vienen avanzando hacen sombra?

–Sin desmerecerlas, porque por ejemplo no absorben el frío ni el calor, el aluminio le lleva muchas ventajas para trabajar revestimientos exteriores, entre otras cosas. Pero además ya existe en el mercado una línea de productos desarrollada y consolidada que les da muchas opciones al arquitecto y al constructor.

–Me dijeron por ahí que ustedes proveen también a varias empresas constructoras, lo cual me suena singular. ¿Ellas se fabrican sus aberturas?

–Nos compran y luego avanzan en la producción propia o en la entrega de esos materiales a los carpinteros que les proveen de las aberturas. Son acuerdos comerciales y opciones de cada una.

–¿Este rubro se expandiría más si el vidrio no fuera tan caro en Argentina?

–Pienso que sí, el vidrio es uno de los rubros más costosos de esta actividad. Más aún cuando por ley se utilizan vidrios de seguridad en grandes aberturas.

–En Brasil vi “favelas” con carpintería de aluminio.

–Ellos manejan una abertura muy económica y vidrios comunes.

–Ustedes no son los únicos del mercado. ¿Por dónde compiten?

–Por el servicio, nuestro cliente no quiere esperar más de 24 horas por el material puesto en su fábrica y que esté completo hasta el último accesorio. Y en eso hacemos hincapié puertas adentro.

–¿Y el precio cómo juega?, porque el perfil es una suerte de “commodity”.

–Los precios están totalmente dolarizados a la cotización del día. Pero nosotros somos muy competitivos en eso. Pero el servicio es esencial. Mire, si el perfil tiene algún defecto, se lo cambiamos en el acto, aunque ya esté cortado.

–O sea que el precio subió con el dólar.

–Exacto, pero además hay una gran presión de costos internos, energía, salarios, transporte.

–¿En qué obra metió más perfiles?

–En las torres de Gama en Alto Villasol: entraron más de 50 toneladas. Pero a la par nos interesa el cliente chico que nos lleva una barrita. Siempre pensamos que el chico de hoy puede ser grande mañana.

–Como les pasó a ustedes mismos. ¿Qué tal los hijos en la empresa? Para los fundadores, siempre es un temita delegar.

–Ariel está acá desde chico, y mi hija se había ido a vivir y a trabajar a España y la convencimos de que regresara. Es nuestra contadora y la gran responsable de la salud financiera de la empresa. Es una satisfacción que estemos juntos en esto, porque en definitiva ellos van a seguir esto que empezamos con su madre.

–¿Ya les presta el timón?

–Cada uno está en un área, mi hijo en depósito, stock y pedidos a fábrica, mi hija en las finanzas y yo en la venta. Y otro tema clave son los empleados. Nos gusta que estén cómodos. Yo les digo: acá van a pasar gran parte de su vida, entonces es mejor que haya un buen clima.

–¿Cómo está el mercado?

–Tiene sus vaivenes, pero desde el año pasado la construcción viene con un crecimiento importante. Se ve una recuperación en esa actividad que es muy importante para la economía del país por aquello de que la construcción mueve más de 100 rubros y genera mano de obra.

–¿Usted comparte que hay que frenar la inflación?

–Sí.

–¿Podría usted competir por el tres por ciento de margen con otro proveedor?

–Pero el tema no es ese, sino que la inflación deteriora el salario y el crecimiento. Sea este gobierno o el que venga mañana, la lucha contra la inflación es inevitable. Evidentemente es un problema no muy fácil de resolver.

–Cuando mira para atrás, ¿ve que se cumplió su sueño?

–Sí, el sueño de mi vida. Esta planta es la frutilla del postre para mí. Pero no nos quedamos acá. Pensamos en abrir en Río Cuarto e instalar prontito nomás una planta de pintura electroestática. Así que seguimos para adelante.

El fútbol y Los Amigos Jugó toda la vida

La firma comercializa un 30% de lo que produce la fábrica.

Nombre. Roberto Bagneschi.

Edad. 76.

Casado con. Ana María de Biassi.

Hijos. Ariel y Adriana, ambos en la Pyme.

Empresa. Bagneschi Aluminio SRL.

Empleados. 16.

Ventas. 800 toneladas de perfiles de aluminio por año.

Dato. Esa cifra es un tercio de la producción de la fábrica de perfiles Fexa.

Ama. El fútbol, jugó hasta los 65 años en el club Los Amigos.

Hincha de: Belgrano.

También le gusta. Escuchar música clásica y viajar.

Teléfono. (0351) 499-8118.

E-mail. Bagneschialuminio@hotmail.com

Fuente: El artículo original fue publicado el 22/04/2018 en La Voz del Interior.

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